El comer emocional es usar la comida para sentirte mejor, es comer para llenar tus necesidades emocionales y no para llenar tu estómago.
El hambre emocional no la puedes llenar con la comida, cuando comes te puedes sentir mejor en el momento, pero las emociones que te gatillaron que comieras aún permanecen ahí.
Además, después de comer, te sientes peor y te culpabilizas por las calorías que consumiste innecesariamente.
Te sientes derrotada y sin fuerza de voluntad para controlar tu alimentación y tus sentimientos, y además, cada vez se te hace más difícil poder controlar tu peso. Al usar la comida como mecanismo para resolver tus problemas te quedas entrampada y sin solucionar el conflicto real.
Surge de forma instantánea, desesperada y urgente, en cambio el hambre física surge de forma gradual y no requiere una satisfacción inmediata.
Cuando estás con hambre física no sólo las comidas placenteras son satisfactorias sino que también lo son las comidas saludables, en cambio cuando sientes hambre emocional solo buscarás comidas placenteras ricas en grasa o azúcares que te harán sentir un alivio inmediato.
Ver síntomasEl comer emocional es usar la comida para sentirte mejor, es comer para llenar tus necesidades emocionales y no para satisfacer una necesidad de hambre fiosológica. El tratamiento busca que la persona establezca una relación sana con la comida y que tenga un plan de alimentación equilibrado de acuerdo a sus necesidades. Esto incluye distintos niveles de intervención y cuidado que se van integrando al tratamiento según las necesidades de cada paciente.
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